viernes, 21 de febrero de 2014

Capítulo 11.

 Me desperté al sentir las manos de Ash moviendo mi hombro mientras besaba mi mejilla, abrí los ojos adormilada.
-Buenos días, tengo algo que decirte. -Me senté y apoyé mi cabeza en su hombro, noté que ya estaba totalmente vestido. Había pasado ya una semana desde que nos enteramos de la noticia del bebé y todavía no le habíamos dicho a nadie... pensábamos hacerlo en la cena familiar de todos los domingos, hoy, en la casa de mi madre, a la que por cierto irían mis amigos también. 
-Dime, si me despertaste de mi siesta debe ser importante.
-Bien, primero, ya casi son las ocho de la noche. Segundo, mi madre acaba de avisarme que llegará mañana por la noche.
-Demonios. -Susurré levantándome de un salto de la cama y buscando desesperadamente la ropa. Cuando al fin la encontré me cambié delante de él {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=113983736&.locale=es} y tomé su mano, ambos dirigiéndonos hacia abajo.
-Vamos. -Dije abriendo la puerta principal, él rió.
-Será mejor que vayamos en tu auto, está lloviendo. -Ambos salimos y cerré la puerta con llave, abrí la del auto y él se deslizó hacia el asiento del conductor sin pensarlo, rodé los ojos y me senté en el del copiloto. Comenzó a manejar y apenas llegamos tocó el portero eléctrico a un lado de las rejas.
-¿Quién es? -Preguntó mi madre del otro lado.
-Nosotros Daphne. -Contestó Ash, las rejas se abrieron lentamente.
-Entren hacia el garaje chicos. -Él hizo lo que le dijo, manejó hacia el enorme garaje en el cual ya habían tres autos, el de Austin, Kellin y otro que no supe reconocer. Bajamos y corrimos hacia la puerta principal, que ya estaba abierta. Ya allí nos quitamos los abrigos y los lanzamos hacia el sofá. Caminamos hacia la sala de estar de la mano y al echarle un vistazo a las personas que ya estaban allí me quedé helada. Algo no cuadraba aquí... Oliver y Hannah, Kellin, Katelyne y Copeland, Austin, Mike, Vic y Andy. Cope se lanzó a mis brazos y yo besé sus mejillas haciendo que riera.
-Hola tía _____.
-Hola Cope, ¿cómo estás? 
-Bien. 
-Me alegro. -Volví a besarla y a dejarla en el suelo, se abalanzó sobre Ash que la tomó en sus brazos.
-Hola Ash. -Susurró, él rió. 
-Hola Copeland. 
 Al terminar de saludar a todos Andy se paró y me observó con una mirada confundida.
-Hola.
-Hola. -Contesté sin expresión, mi madre se paró y tomó la mano de Andy. -No mamá, lo haré yo. -Caminé hacia Ash, que seguía teniendo a Copeland en sus brazos, Andy me siguió. -Ash, éste es Andy. Andy, mi novio Ash. -Estrecharon sus manos y Ash lo miró confundido.
-Te conozco.
-Si, el hotel.
-Oh, si, ya lo recordé. -Agradecí que mi madre interrumpiera el incómodo momento.
-Bueno, ya que estamos todos, ¿cenamos? -Todos comenzaron a caminar, pero yo tomé su mano para que dejara de avanzar.
-Dennos un minuto, en seguida estamos allí. -Comuniqué al notar que todos se habían parado detrás de nosotras. Cuando por fin estuvimos solas abrí la boca para hablar, pero mi madre se adelantó adivinando mi reproche.
-Yo lo invité, volvió hace unos días de Francia por una pelea con su mujer.
-¿Por qué lo hiciste? Te dije que no quería verlo mamá.
-Lo siento, pero sabes que es como un hijo para mi, al igual que Kellin o Austin.
-Bien, como digas. -Fue lo último que dije antes de volver a caminar hacia la sala y sentarme al lado de Ash, que me dirigió una sonrisa. Por suerte Andy se encontraba en la otra punta de la mesa oyendo atentamente como Austin hablaba sobre su último tour. Notaba que de vez en cuando me dirigía miradas disimuladamente y se ponía tenso cuando Ash acariciaba mi mejilla o me hacía reír. Al acabar de comer me paré para ayudar a mi madre con el postre y Ash fue detrás de mi. Al quedarnos solos en la cocina tomó mi cintura.
-¿Les dirás ahora?
-Les diremos. -Lo corregí dándole un pequeño beso, tomé su mano y ambos nos colocamos en frente de todos llamando su atención y logrando un completo silencio. Bien, ya era la hora, dilo sin rodeos, me dije a mi misma y comencé a hablar.
-Solamente quería agradecerles por venir a compartir estas cenas cada domingo, amo estar con ustedes. Ash y yo tenemos una noticia que darles... seremos padres. -Las primeras reacciones fueron caras de completa sorpresa, pero luego la sala estalló en aplausos. Me volteé y besé levemente sus labios con una enorme sonrisa, luego guié la vista hacia Andy que era el único sentado y que todavía seguía con cara de sorpresa, o tal vez horror. 
 Al acabar las felicitaciones, algunas entre lágrimas como mi madre y Danny, volvimos a nuestros respectivos asientos otra vez, pero Andy me dirigió una rara seña haciéndome saber que quería hablar conmigo. Volví a ponerme en pié apretando levemente la rodilla de Ash con una sonrisa antes de encaminarme siguiendo el rápido paso de Andy hacia la puerta trasera hacia el patio, donde nos colocamos bajo el techo de esta ya que no había parado de llover.
-¿Qué quieres? -Dije tratando de ocultar mi nerviosismo.
-Es broma, ¿verdad?
-¿El qué? 
-El de que tendrás un niño con ese chico.
-Ese chico se llama Ash y es el amor de mi vida. Y claro que no es broma, ¿por qué lo sería?
-No lo sé, ¡simplemente me parece ridículo! -Gritó haciendo que diera un paso hacia atrás.
-Oye, no entiendo por qué te muestras tan alterado, tienes una esposa.
-Ya no, me estoy divorciando. Volví a California solamente por ti, porque no soportaba un segundo más sin que estuvieras a mi lado.
-Jamás volveré a estar a tu lado Andy, es demasiado tarde. -Sin esperar su respuesta, abrí la puerta y caminé otra vez hacia la sala.
-¿Nos vamos? Estoy muy cansada. -Le susurré al oído a Ash.
-Claro. 
 Al acabar de saludar a todos noté que Andy seguía afuera fumando un cigarrillo afuera, ni siquiera se molestó en darse la vuelta para vernos, simplemente nos ignoró, algo que agradecí infinitamente. 
 Cuando por fin llegamos a la casa ambos nos bajamos y entramos, subí las escaleras oyendo sus pasos detrás de mi y comencé a ponerme el pijama.
-¿Qué te dijo el chico?
-Nada importante. 
-Debió ser importante como para que quisieras irte.
-Me quise ir porque estoy cansada, ¿por qué no me crees?
-_____, te conozco.
-Oye, él ya no importa, ¿si? No quiero que te preocupes.
-No es éso, siento curiosidad. -Suspiré dándome por vencida.
-Me dijo que había vuelto a California porque tuvo un mínimo percance con su esposa, que le gustaba verme feliz contigo y que me felicitaba por el embarazo. 
-Oh.
-¿Acaso estabas celoso? -Pregunté divertida.
-¡Claro que si, eres mía! -Reí y besé sus labios, tomé una toalla y caminé hacia el baño.
  
  

lunes, 17 de febrero de 2014

Capítulo 10.

 Abrí los ojos lentamente al oír unos pequeños golpecitos en el techo, observé la ventana y el cielo estaba totalmente cubierto por nubes grises, algunas gotas caían por el vidrio... suspiré y me estiré muy cansada, me senté y guié mi mirada a mi lado, donde Ash dormía tranquilamente con la boca entreabierta respirando con tranquilidad. Me paré con cuidado de no despertarlo pero mi acción tuvo el efecto contrario, tomó mi brazo y me colocó encima de sus piernas, yo solté un pequeño grito de sorpresa.
-Buenos días. 
-Buenos días, hoy cumplimos diez meses, los conté. Es sábado. -Dijo adormilado, yo reí.
-Dos meses para un año, felices diez meses Ash. -Besé sus labios despacio. Si, al pasar unas tres semanas en California por fin recibí una llamada de él diciéndome que si podíamos encontrarnos, a lo que por supuesto acepté. Luego de pasar unos cuatro meses siendo amigos me propuso salir, y ahora aquí estamos, yo en la casa que iba a compartir con Zack, con el que no tuve contacto excepto el día en el que lo llamé para pedirle, u obligarlo a que quitara sus pagos de la casa. Habíamos comenzado a convivir hace tan solo dos meses en ésta preciosa y espaciosa casa.
-Igualmente mi hermosa _____. 
-Tengo mucha hambre. -Susurré.
-¿Qué hora es? -Le eché un vistazo al despertador que marcaba las 12:23.
-Demonios, las doce y media, nos perdimos el desayuno, si me sueltas iré a preparar el almuerzo. 
-No lo sé, no tengo muchas ganas de dejarte ir. -Volvió a besar mis labios suavemente.
-Bien, en ése caso, ambos moriremos de hambre... 
-Pero felices. -Reí y cuando por fin me soltó ambos nos levantamos para luego bajar por las escaleras tranquilamente.
 Al acabar el almuerzo, coloqué los platos en el lavavajillas y me senté en el sofá junto a Ash. De pronto, el sonido de su teléfono nos exaltó a ambos, atendió al instante.
-¿Si?... Oh, hola mamá... Estoy bien, gracias, ¿ustedes?... Bien, ¿qué tal el trabajo?... Oh... Está bien, a mi lado, acabamos de almorzar... Spaguettis... Claro que si... Mamá, no seas grosera... Bien, como digas... Está bien, pero recuerda que estoy en California... Ok, luego te paso la dirección, cuídate y saludos, adiós. -Cortó y se quedó mirando el teléfono, luego se volvió hacia mi. 
-¿Qué sucede? ¿A tu madre no le caigo bien ya? -Soltó una risita.
-Eres una tonta, tú siempre le caes bien a todo el mundo. Me preguntó si cocinas bien, que si no me enviaría comida desde Londres. Dijo que vendría a visitarme y así aprovecharía para conocerte.
-Asombroso, suerte que tenemos la habitación de huéspedes.
-Exacto.
-Debo limpiarla, ¿cuándo vendrá?
-Dentro de una semana o dos, me avisará.
-Entonces tengo tiempo, pero recuérdamelo por favor.
-Claro. -Besó mi mejilla.
-Demonios, sigo teniendo hambre. 
-Últimamente tienes hambre todo el tiempo. -Rodó los ojos.- Te compré dulces, están en la alacena.
-No sé qué me sucede, pero eres el mejor novio del mundo. -Besé su mejilla y caminé en busca de los dulces, cuando por fin los encontré me di la vuelta hacia Ash que había pronunciado mi nombre en un susurro y me observaba horrorizado.
-¿Qué sucede Ash?
-Hace más o menos cuatro semanas no usamos protección... 
-¿Y? -Pregunté confundida.
-Estás demasiado hambrienta desde ésa noche y me has dicho que sentías dolores de cabeza. 
-Ve al punto Ashley. -Comenzaba a ponerme nerviosa.
-Dime por favor que no estás embarazada. -Pestañeé un par de veces, ahora yo estaba horrorizada, tenía razón.
-Éso es imposible, tomé la pastilla anticonceptiva.
-Claro que no _____, la tomaste una semana después.
-¡M*ierda, no puede ser! -Exclamé llevando mis manos hacia la cabeza con preocupación.
-Iré a buscarte un test de embarazo. -Contestó tomando las llaves de su motocicleta y dando un fuerte portazo a la puerta al salir. Me senté en completo shock en el sofá, el apetito ya se me había ido. Unos veinte minutos luego la puerta se abrió y Ash me entregó una bolsa y caminé aterrada hacia el baño rogando que diera positivo.
 Esperé un momento y dos líneas aparecieron, observé la caja y su significado... positivo. Me observé al espejo, me veía pálida y aterrada. Pasaron unos diez largos minutos y no podía moverme de allí... dos pequeños golpes en la puerta me sobresaltaron.
-Cariño, ¿estás bien?... Oye _____, ¿puedo entrar? -No podía articular ni siquiera una palabra, al no escucharme abrió la puerta y me observó con expresión pasiva. -¿Qué sucedió? -Levanté la mano y le mostré el test. -¿Éso quiere decir positivo? -Asentí con la cabeza, se situó detrás de mi y tomó mi cintura. -Tranquila, trataré de ser un buen padre. -Sin poder aguantar más me di la vuelta y comencé a llorar desconsoladamente en su hombro mojando su camiseta. -Ya cariño. -Acarició mi espalda rítmicamente.
-Ésto no tendría que haber pasado. -Dije entre sollozos, él tomó mi rostro entre sus manos y secó mis mejillas.
-¿Por qué lloras?
-Porque no estoy lista para ser madre, y sé que tú tampoco. Esto fue demasiado inesperado, recién acabamos de cumplir diez meses. Tengo mucho miedo de ser una mala madre.
-No digas éso, lo que cuenta es que haremos nuestro mejor esfuerzo para darle la mejor vida al pequeño, serás la mejor madre del universo. Ahora te llevaré a la habitación. -Luego de decir ésto me tomó entre sus brazos comenzando a caminar conmigo, apoyé mi cabeza en su pecho dejando que las lágrimas volvieran a caer. Me recostó en la cama y se recostó a mi lado entrelazando nuestras manos observándome.
-Esto es una porquería. -Dije otra vez entre sollozos.
-Ya, basta de llorar, no tenemos que pensar que esto es una desgracia. Se supone que un bebé es una bendición, y fue inesperado, pero este maldito será nuestro hijo. -Colocó su mano en mi vientre, yo solté una risa.
-Creo que éste maldito no cree tus palabras. -Dije refiriéndome al bebé.
-O maldita...
-Eres un bastardo. -Contesté entre risas.
-Tu bastardo.
-Claro que si. -Besó mis labios tiernamente y luego ambos observamos el techo.
-¿Sabes? Si es niño me gusta el nombre Blake, si es niña...
-Savannah. -Lo interrumpí recordando de pronto la carta de Andy, siempre amé ese nombre, al igual que Dylan. 
-No iba a decir éso pero amo el nombre.
-¿Qué ibas a decir? Me gusta Dylan si es niño.
-Bella, y también me gusta Dylan.
-Podría ser Savannah Bella, o Blake Dylan. -Solamente asintió con la cabeza.
-Savannah Bella Stymest y Blake Dylan Stymest, mi pequeños hijitos. -Susurró aún con la mirada en el techo y posando otra vez su mano en mi vientre.
-Suena bien. 
-¿Verdad que si? -Noté una enorme felicidad en su rostro, era contagiosa, este bebé no iba a ser tan malo como lo parecía... 


*Narra Andy*

 Al llegar a casa luego de una larguísima jornada de trabajo observé mi reloj de muñeca, que marcaba las 21:05. Abrí la puerta con mi llave y me quité la corbata y el saco junto a los zapatos. Luego caminé hacia Taylor que observaba la televisión con poco interés comiendo un dulce, besé su cabello y me senté a su lado.
-Hola, ¿qué tal te fue? 
-Bien, ¿tú que hiciste?
-Ensayar.
-¿Ensayar? ¿No dijiste que los ensayos se habían suspendido ya que el baterista había tenido un accidente?
-Se... se recuperó. -Contestó dudosa.
-Oh.
-Te dejé un sándwich en el refrigerador. -Cambió de tema tan bruscamente sin quitar la vista de la pantalla que hizo que frunciera el ceño, últimamente había estado fría y rara. Me paré y tomé el sándwich comiendo lentamente.
 Al abrir el grifo del agua caliente de la ducha oí dos golpes.
-Andy, saldré a comprar helado, vuelvo luego.
-Bien. -Contesté decidido.
 Al salir de la ducha me extrañó no ver otra vez a Taylor de vuelta. Me coloqué el pijama y comencé a oír una vibración en la mesa de luz, había olvidado su teléfono y la llamaban desde un número desconocido, pulsé contestar.
-Hey cariño, olvidaste tu chaqueta junto con tu sostén... -Dijo un hombre con voz grave al otro lado, me repugnó tanto que las palabras no salieron. -¿Tay?
-¿Quién m*ierda eres? -Pregunté furioso.
-Wow, temo que debo preguntarte lo mismo antes de contestarte.
-Soy el marido de Taylor.
-Me tienes que estar jodiendo.
-No lo hago, ¿qué demonios hacías con mi esposa hace un momento?
-Bueno, por lo que escuchaste supongo que la respuesta es obvia.
-¿Sexo?
-Claro hermano. -Me impresionó su tranquilidad.
-¡M*ierda! ¿Hace cuánto tiempo? -Oí el sonido de la puerta de la habitación abrirse, Taylor entraba despeinada y a la habitación caminando lentamente, yo corté antes de que el hombre pudiera contestar y dejé su teléfono en la cama.
-¿Qué sucedió? ¿Qué hacías con mi teléfono?
-Nada cariño, llamó tu madre. -Contesté tratando de mantener la calma.
-Oh, ¿qué dijo?
-Nada importante, ¿por qué tardaste dos horas en llegar?
-Tuve que viajar por todas las heladerías de aquí, no había ninguna abierta.
-Y dime, ¿dónde está el helado?
-Hmm...
-Te llamó un idiota diciendo que habías olvidado tu sostén en su casa. -Solté sin pesar, ella me observó con los ojos abiertos y luego soltó una risa nerviosa.
-¿Qué?
-No te hagas la estúpida Taylor, ahora sé por qué estabas tan rara y fría últimamente, me estabas engañando. En verdad nunca pensé que podrías hacerme éso.
-Oye Andy, puedo explicar... -Contestó acercándose a mi pero la alejé tomando sus hombros.
-No quiero que expliques nada, ya es suficiente. -Sin decir nada más tomé una maleta y comencé a juntar mi ropa.
-No hagas esto Andy, por favor, déjame explicarte por favor. -Tomó mi espalda pero se sobresaltó dando un paso hacia atrás con los ojos muy abiertos cuando me di la vuelta rápidamente.
-No me vuelvas a tocar, me das asco. -No volvió a hablar, se sentó en la cama observando como tomaba mi ropa y la colocaba en la maleta.
-¿Me dejarás? -Dijo en un susurro junto con un sollozo.
-¿Y tú que crees? ¿Qué hubieras hecho tú si una zorra me hubiera llamado diciéndome que olvidé mis bóxers en su casa? -Volvió a quedarse en silencio, me coloqué unos jeans negro junto con una chaqueta, botas y una camiseta blanca y salí de la casa sin mirar atrás tomando las llaves de mi auto. Manejé hacia el aeropuerto y sin pensarlo otra vez reservé un vuelo a California. Solamente debía esperar una hora ya que era el último vuelo, suspiré aliviado y al oír la voz de llamada de mi vuelo caminé tranquilamente dejando mi mente totalmente en blanco al subir al avión. La volvería a ver luego de ése día en el hotel, donde quería proponerle que fuéramos amigos... pero la vi con otro, ella tenía una vida igual que yo y no lo sabía hasta ése maldito día en el que ése idiota la tomó de la cintura por detrás. Pero, ¿estaba listo para volver a verla? Claro que si, o éso pensé. No podría volver a enamorarme de ella, era pasado, aunque con los bizarros acontecimientos de esta noche no tuve ningún tiempo para pensar en absolutamente nada luego de subirme al avión.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Capítulo 9.

 Abrí los ojos y no supe donde me encontraba. Un minuto después me di cuenta de que estaba en el hotel. Me senté y sentí un horrible dolor de cabeza, observé a mi lado y Ash dormía plácidamente con la boca entreabierta respirando con tranquilidad, era en verdad bello. Me paré con cuidado de no despertarlo y me dirigí hacia el baño. No había notado que las cosas de Zack ya no estaban en la habitación, pero no le di la menor importancia. Encendí la ducha y entré en la bañera despacio.
 Cuando salí con la toalla enrollada al cuerpo y el pelo goteando me di cuenta de que Ash seguía durmiendo, reí y me senté junto a él, lo moví un poco y sus hermosos ojos azules se abrieron de par en par observándome algo sorprendido, pero su expresión se suavizó al instante.
-Buenos días. -Susurré con una tímida sonrisa.
-Hola, ¿amaneciste bien? -Contestó estirándose.
-Muy bien, con un poco de dolor de cabeza.
-Es...
-Normal, si, ya lo sé. -Lo interrumpí rodando los ojos, él rió.
-Bebiste mucho.
-Lo sé, quería olvidar los acontecimientos pasados. Y sé que eres un completo desconocido, y yo una completa desconocida para ti, pero me gustó salir contigo.
-A mi también _____, y te lo repito, eres hermosa... hasta con ojeras. -Lo golpeé con la almohada y él rió. -¡Es la verdad! -Exclamó sentándose y golpeándome con la suya... traté de escaparme pero tomó mi brazo y tiró, haciendo que cayera encima de él y que nuestras narices se rozaran... me quedé perpleja al igual que él y sentí como su boca se acercaba a la mía. Sentí sus suaves labios contra los míos y cerré los ojos dejándome llevar por completo, agradecí miles de veces no haberme olvidado de lavarme los dientes... cuando nos alejamos casi sin aliento quitó las manos de mi cintura y soltó una risa nerviosa desviando la mirada.
-Lo... lo lamento. 
-No, yo lo lamento. -También dejé de observar sus bonitos ojos.
-Dejaré que te cambies. -Dijo colocándose la camisa y saliendo de la habitación. Tomé la ropa que había preparado el día anterior {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=112754454&.locale=es} y caminé tranquilamente hacia la sala de estar. Ash estaba sentado en el sofá mirando la tele, apenas me vio se paró.
-Wow. Tienes un gran estilo, ¿sabes? Hasta podrías ser modelo. -Solté una carcajada.
-Claro que no Ash, creo que no tengo la suficiente autoestima como para caminar en una pasarela con cientos de personas observándome atentamente solamente a mi. 
-No es difícil, ¿autoestima? Por favor _____, eres la chica más preciosa que he visto en mi vida, en serio, y deberías pensar lo mismo, debes sentirte hermosa porque lo eres. -Sentí como mis mejillas se sonrojaban, agaché la vista. 
-Gracias. -Fue lo único que pude articular. -Oh, y respecto a lo de recién... Me gustó. -Confesé, noté que ahora él era el que se sonrojaba.
-A mi también, mucho. 
-Pero no deberíamos hacerlo, no nos conocemos. -Seguí.
-Conozcámonos entonces... Mi nombre es Ashley Stymest, tengo 23 años, nací en London un 31 de julio, me considero extrovertido y muy sociable, odio cocinar, he estado en portadas de revistas y hasta en MTV, tengo muchos amigos que casi no veo, estoy soltero, me gusta tocar la batería, si no fuera modelo sería músico y me pareces hermosa. Tu turno. -Reí.
-Mi nombre es _____ Meredith Worsnop Evans, tengo 25 años, nací en California un 21 de diciembre, me considero un poco tímida pero divertida, me encanta cocinar, no he estado en ninguna revista pero mi mejor amigo tiene un cuadro con mi cara, me gusta mucho MTV, prácticamente vivo con mis amigos, si no trabajara en una disquería me gustaría ser solista, estoy recién separada y también me pareces hermoso.
-Bien, éso quiere decir que ahora puedo besarte. -Levantó una ceja, me tomó del mentón y volvió a juntar sus labios con los míos en una perfecta sincronía. 
 De pronto me colocó en el sofá cuidadosamente y se situó encima de mi profundizando el beso y tratando de quitar mi camisa a horcajadas, lo hice por él y se alejó de mi observándome.
-Wow. -Tomé su nuca y volví a besarlo hasta que el sonido de la puerta nos sobresaltó a ambos. Me paré y me coloqué la camisa al igual que él y me peiné un poco el cabello, al recuperar el aliento abrí la puerta, era ¿Andy? ¡Demonios!
-¿Qué haces aquí? -Pregunté fría.
-Quiero hablarte. 
-No, no quiero hablar contigo Andy.
-Es una proposición.
-No me interesa.
-Por favor. -Trató de acariciar mi mejilla pero di un paso hacia atrás y se alejó.
-Vete, ahora.
-_____...
-Dijo que te vayas, ¿acaso no escuchas? -Dijo Ash detrás de mi tomando mi cintura.
-¿Y tú quién eres niño? -Preguntó asqueado.
-Su novio. -Hasta yo me sorprendí al escuchar éso.
-Veo que ambos tenemos una vida ya... 
-Si. -Susurré y coloqué mis manos encima de las de Ash.
-Lamento molestar. -Dio media vuelta y se alejó, yo hice lo mismo y lo observé.
-Así que tu novia, ¿no? 
-Si, volvamos a lo que estábamos novia. -Me elevó en el aire y me acorraló contra la pared obligándome a enrollar las piernas en su cintura volviéndome a besar hasta que oímos un carraspeo y nos alejamos, observé la puerta y era Zack, ¿todos se empeñaban en arruinar mis momentos?
-Demonios, ¿acaso no te dije que te fueras Zachary? -Dije bajándome furiosa.
-Que rápido que me reemplazas. Tranquila, solamente vengo a buscar mi chaqueta. -Le dio un hombrazo a Ash y me susurró al oído.
-Oye, ¿cuántos ex tienes? -Yo reí.
-Luego te explico. -Zack volvió y se alejó hacia la puerta, pero antes se paró en el marco de ésta.
-Yo jamás te olvidaré, pero pueden continuar con sus cosas, no molestaré más. -Noté su tristeza pero finalmente se fue, cerré la puerta y tomé su mano dirigiéndonos hacia el sofá otra vez.
-Te contaré... 
 Al acabar de contarle la historia soltó un suspiro.
-Wow, es complicado en verdad.
-Bastante, si. -Reí nerviosa esperando otra respuesta, pero se quedó en silencio sin quitarme la vista de encima. -¿Qué? 
-¿Qué de qué? 
-¿No dirás nada?
-Creo que no hay nada que pueda decir, ¿quieres que diga algo?
-Claro que no, di lo que tú quieras.
-No lo sé, el pasado es pasado, quería entender lo de los ex's, pero supongo que si estás conmigo ahora ya los olvidaste o simplemente me usas para hacerlo, cosa que no me molesta... bueno, en un punto si, porque mientras tú me comienzas a enamorar tal vez yo soy un chico cualquiera que conociste en una tienda de recuerdos y que te trajo borracha a casa anoche.
-No pienses éso Ash, claro que no eres un pasatiempo, no soy ése tipo de chica. Créeme, si lo fueras ahora mismo no estarías aquí.... espera, ¿cómo que comienzo a enamorarte?
-Como escuchaste, ya te dije que me parecías hermosa y me interesas, espero hasta tal vez tener una relación contigo cuando llegue a California, me gustas _____, y me alegra mucho escuchar tus palabras. -Acarició mi mejilla haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.
-Ahora yo no sé que decir. -Rió.
-No digas nada. -Se acercó hacia mi pero la puerta hizo que se alejara, yo rodé los ojos y me paré para abrir la puerta, Austin y Adam me esperaban apoyados en el marco ambos con anteojos de sol.
-¿Qué tal? ¿Lista? -Preguntó Austin.
-¿Para qué? -Pregunté confundida.
-Para volver... tal vez. -Ambos rieron.
-¿Ya?
-Si, el vuelo sale en unos treinta minutos _____.
-¡¿Tan tarde es?! 
-Si. 
-Oh, en seguida bajo, espérenme en el auto. -Contesté cerrando la puerta en sus caras. Corrí hacia Ash y lo besé en los labios, cuando nos separamos me observó sorprendido.
-Mi vuelo sale en treinta minutos. 
-Te extrañaré por tres semanas. -Me abrazó y luego de intercambiar números y direcciones tomé mi mochila y ambos bajamos, volvió a darme un leve beso y me saludó con la mano cuando subí al auto. 
-¡Qué ojeras Austin! -Exclamé colocándome el cinturón detrás de él, que estaba sentado en el asiento del copiloto con la cabeza apoyada en el cuero.
-Tal vez sea por Lizzie, oí los rechinidos de la cama desde mi cuarto. -Ambos reímos y noté como Austin se sonrojaba y golpeaba a Adam en el brazo.
-No te hagas el inocente Adam.
-Soy inocente, tengo mi chica en California, la que no es inocente es _____, parece que ya tienes novio nuevo... -Reí.
-Claro que no.
-No, claro que no, solamente le estabas dando un beso de despedida.
-Por supuesto. -Dije pareciendo lo más tierna posible, todos reímos. Continuamos el viaje en silencio hasta llegar al aeropuerto. 
 Al fin llamaron a nuestro vuelo y caminamos lentamente junto con todas nuestras valijas y bolsos. Al subir al avión me propuse tratar de olvidarme de mi antigua historia, de Andy, de Zack y todo lo que ha sucedido, todo lo malo y tratar de comenzar una vida nueva... no iba a ser fácil, por supuesto, pero debía hacer un esfuerzo y deshacerme de todos mis fantasmas... 
-Dormiré. -Le informé a Austin a mi lado, asintió y cerré los ojos tratando de mantenerlos fuera de mi mente, y lo conseguí.




No podré subir en un tiempo chicas, mi madre no me deja usar la net y bien, creo que trataré de escribir cuando pueda... espero que les guste y en verdad me entiendan, no es mi culpa D:

miércoles, 5 de febrero de 2014

Capítulo 8.

Me desperté al oír gritos en la sala, corrí hacia allí y me encontré con Austin sentado en el sofá con un hilo de sangre cayendo por su nariz y Adam tratando de tranquilizar a Zack que estaba furioso.
-¿Qué demonios sucede aquí? -Dije haciendo que las tres vistas se fijaran en mi.
-Te vi luego de revolcarte con tu amiguito querida. -Contestó Zack más que furioso, yo solté una risa.
¿De qué rayos hablas idiota?
-No fe hagas la estúpida ahora ____, los vi a ambos en la cama.
-¡Es mi mejor amigo, nunca se aprovecharía de mi estado!
-Deberías haber estado conmigo. -Contestó entre dientes.
-Veo que estabas demasiado borracho como para recordarlo, pero creo que esto te ayudará. -Caminé hacia él y desprendí su camisa dejando al descubierto las marcas rojas de labial. -Supuse que seguirían allí, el labial de zorra es difícil de quitar. -Se dio la vuelta para observar la expresión reprobatoria de Adam y en ese momento pude ver tres marcas moradas en su cuello. -También tienes chupones en el cuello idiota. -Grité reprimiendo mis lágrimas, trató de acariciar mi mejilla pero di un paso hacia atrás impidiéndoselo.
-En serio lo lamento... -Volvió a acercarse.

-No te atrevas a tocarme, quiero que te vayas ahora mismo, no quiero volver a verte.
-Puedo explicar...
-¡No quiero oírte, dije que te vayas! -Me senté a un lado de Austin y Adam se sentó a mi lado, los tres observamos como Zack caminaba lentamente hacia afuera dando un fuerte portazo. Tomé un paño y limpié la sangre de la cara de Austin.
-Eres muy fuerte, estoy orgulloso de ti. -Dijo junto con un quejido.
-También yo, eres en verdad impresionante _____. -Dijo Adam colocando su brazo en mi hombro, yo reí.

 Terminamos de empacar las cosas y las llevamos al auto, por fin nos iríamos, aunque extrañaría Europa, Francia era en verdad preciosa... Nuestro vuelo era a la tarde siguiente, así que nos decidimos en dar un último paseo. Eran las 17:45 y acabábamos de merendar, salimos del café y comenzamos a caminar hasta que paramos en una gran tienda de recuerdos.
-Chicos, tengo que comprar algunas cosas para los chicos y mi madre, ¿me esperan? -Ambos asintieron con la cabeza.
-Daremos unas vueltas hasta que termines, nos encontramos aquí.
-Bien. -Contesté y me adentré al bonito local, donde comencé a ver distintas cosas hasta que me decidí por algunas mini estatuillas de la torre Eiffel, tomé tres y cuando tomé la cuarta mi mano se chocó con la de un hombre.
-La vi primero... -Dije tomándola, él alejó su mano y sonrió.
-Toda suya señorita, ¿necesitas ayuda?
-Sería bueno, gracias. -Reí. -No tienes acento Francés.
-No lo soy, en realidad vine para hacer una sesión de fotos, mi nombre es Ashley Stymest. -Me tendió la mano, la que estreché con amabilidad.
-Mucho gusto, _____ Worsnop Evans. -Vestía así {24563} y por su hermoso rostro cualquiera se daba cuenta de que era modelo. -¿Vienes a comprar recuerdos?
-En realidad te vi pasando y entré. -Reí tímidamente. -Eres muy bonita _____.
-Gracias Ashley.
-Dime Ash por favor.
-Ash. -Repetí con una sonrisa tonta.
-Estoy aquí en frente, ¿quieres quedarte a ver la sesión y luego tomamos algo? Hay un bar aquí cerca... 
-Claro, pero antes les debo avisar a mis amigos y tengo que pagar los recuerdos. -Sonrió y me ayudó a llevarlos hasta la caja, donde los pagué y los llevé en la mano en la pesada bolsa dirigiéndome afuera con Ash. Nos quedamos allí hasta que visualicé a los chicos en frente hablando con una chica pelirroja.
-¿Qué hace Lizzie con ellos? -Susurró para si.
-Son mis amigos. -Me observó sorprendido.
-¿En serio? -Asentí con la cabeza y ambos cruzamos la calle.
-Hola chicos.
-Oh, hola _____. -Contestó Adam, Austin estaba embobado con la bonita chica, Ash carraspeó haciendo que ambos se quitaran la vista de encima.
-Lizzie, ella es _____. _____, ella es Lizzie. -Le dirigí una sonrisa amable que me devolvió mientras estrechaba su mano. 
-Chicos, saldré con Ash dentro de un rato. 
-Nosotros con Lizzie.
-Podemos salir todos juntos. -Contestó Lizzie animada dando saltitos.
-Es una buena idea, ¿al bar de aquí cerca? -Preguntó Ash, ella asintió sonriendo.
-Bien, pero ¿no tienes sesión ahora? -Le preguntó.
-Si, pero _____ se quedará a verla, no creo que Tony demore tanto. -De pronto no seguí prestando atención a lo que decían, Ash me tomó de la mano y entramos a la gigante y lujosa casa hasta parar en la parte de la piscina, donde había un gran equipamiento fotográfico ya armado. Ash saludó y me presentó a un par de personas y me señaló una silla con su nombre, donde me senté. Wow, ésto era muy Hollywood, no pensé que los modelos tenían una silla con su nombre. 
 Al finalizar la sesión volvimos a saludar y salimos. Ya estaba oscureciendo y comenzaba a hacer frío, y él lo notó. Antes de salir caminamos hacia dentro de la mansión, en una de las habitaciones llena de ropa, tomó una chaqueta de cuero pequeña y me la tendió.
-Pero... ¿no te dirán nada de que la sacaste?
-No tienen por qué enterarse. -Dijo riendo y ambos salimos corriendo hacia el pequeño bar en una esquina a unas dos cuadras. 
 Al acabar la primera cerveza entre carcajadas suspiré con alivio, sentí que por fin después de 24 horas de completo dolor comenzaba a olvidarme de mis problemas, de Andy y Zack... 
 Unas dos horas después las 4 cervezas pequeñas comenzaban a hacer efecto.
-Oye nena, ¿quieres irte? -Me preguntó Ash tomando mi cintura para que no cayera, yo asentí con la cabeza cerrando los ojos. -Bien, pero el auto está a tres cuadras, te cargaré, pero no te desmayes. -Dijo divertido observando mi cara cansada.
-¿Estás en condiciones para conducir? -Pregunté arrastrando las palabras.
-Si, solamente tomé una cerveza y whiskey, pero no me afecta tanto como a ti. -Contestó otra vez divertido, me tomó en sus brazos, yo apoyé la cabeza en su hombro y sentí como todo se revolvía dentro de mi cuando comenzó a caminar. Oí como le avisaba a los chicos que me llevaría al hotel y ellos aceptaban. Al llegar por fin sentí mis pies tocando el sueño y toda la bebida amenazó con salir.
-Vomita cariño. -Me agaché y él tomó mi cabello. Me tendió un pañuelo para que limpiara mi boca y volví a pararme ya un poco mejor. Me ayudó a subirme al bonito Audi rojo y me colocó el cinturón. Apoyé la mejilla en el frío cuero del asiento y Ash comenzó a conducir.
-No me dijiste dónde estás.
-Hotel Marriott. -No contestó. -¿Puedes quedarte conmigo? -Me observó sorprendido.
-¿Tus amigos no se enojarán?
-Tengo una habitación doble, y mi pareja me dejó...
-¿Por eso bebiste tanto?
-No estaba hablando de éso, pero si.
-La bebida es un buen recurso para ahogar las penas.
-¿Y bien?
-¿El qué?
-Quédate conmigo Ash, además mañana me voy.
-Oh, ¿de dónde eres?
-California.
-¿En serio? ¡Asombroso! Yo tengo una casa allí.
-Genial. -Susurré. -Podremos vernos.
-La gira fotográfica termina en dos semanas, tengo que estar en Europa unas semanas más y vuelvo, pero podemos encontrarnos cuando vuelva. Dame tu número. 
-Te lo doy mañana, si lo recuerdo y si te quedas.
-¿Segura?
-Claro que si, ¿por qué dudas tanto? ¿Acaso Lizzie se pondrá celosa? ¿Es tu novia?
-No, no es por éso. Me quedaré, no te preocupes. -Me sonrió y yo volví a cerrar los ojos hasta que llegamos al hotel y otra vez me ayudó a bajar, no podía ni sostenerme en pié sin que todo me diera vueltas. Tomó mi cintura para luego elevarme, pero tomé sus brazos instantáneamente.
-Por favor no me cargues, me marea mucho. 
-Oh, lo lamento. -Tomó mi mano y mi cintura y comenzamos a caminar hacia el ascensor, donde presioné el número 24. Al llegar caminamos hacia la puerta de la habitación 18.
-Tienes llave, ¿no? 
-Revisa mi bolsillo, no tengo fuerzas. -Sentí su tacto en mi bolsillo trasero y observé que estaba sonrojado, reprimí una risa y cuando sacó la llave abrió la puerta, me recostó suavemente en la cama, me quitó los zapatos, la chaqueta, desprendió un poco mi camisa y me tapó con la sábana, dio media vuelta pero tomé su mano.
-No quiero estar sola. -Susurré, él me sonrió y besó mi mejilla.
-En verdad eres hermosa.
-¿Hasta borracha? -Rió.
-Hasta borracha. -Murmuró quitándose las botas, la chaqueta, la camisa y se recostó a mi lado, apoyé mi cabeza en su pecho desnudo y él besó mi cabello. Si, en serio debía estar borracha para dejar que un hombre que apenas conocía pero totalmente hermoso se quedara conmigo, pero no pude evitarlo. Sabía que, aunque estuviera sobria, no podía perderme esta gran oportunidad de la mínima felicidad, o simplemente distracción. Cerré los ojos y me quedé dormida oyendo los latidos de su corazón.

domingo, 2 de febrero de 2014

Capítulo 7.

 Al oír el sonido de la puerta me senté rápidamente en la cama, un minuto después Zack entró tambaleándose a la habitación, corrí hacia él y lo tomé antes de que cayera.
-Hola linda. -Trató de besarme pero le corrí la cara.
-Tienes mal aliento Zack. 
-Oh, creo que bebí un poco. -Dijo arrastrando las palabras.
-¿Un poco? Muchísimo, es algo que tú no haces Zachary. 
-Solamente me llamas Zachary cuando te enojas. 
-Lo estoy. -Quité su camisa que estaba un poco desprendida y noté manchas de labial en su pecho. -¿Qué m*ierda es éso? 
-Una chica se puso loca... -Rió, yo lo solté, me coloqué el pijama y corrí hacia afuera, hacia la habitación de Austin dejándolo totalmente solo. Todavía estaba tratando de abrir la puerta cuando me observó extrañado.
-¿Qué sucedió pequeña? -Preguntó abrazándome y acariciando mi cabello.
-Zack...
-Oh, ése maldito idiota se emborrachó y perdió el control. 
-Lo noté. -Comencé a sollozar en su hombro.
-Ya, tranquila, quédate conmigo ésta noche. Sé que hoy pasaste por mucho.
-Demasiado, creo que estoy harta de llorar, el dolor de cabeza me está matando. -Cuando por fin abrió la puerta entramos y la cerró detrás de mi.
-Tengo aspirinas, y está bien que llores pequeña, es demasiado drama para un día, pero me alegra que te acuerdes de todo. -Me senté en el sofá de la sala de estar con las manos en la cara.
-A mi no me alegra, recuerdo los mensajes que me mandaste cuando pensaste que estaba muerta, recuerdo que le dije a Andy que evitara que me buscaras en Boston. Como me hubiese gustado que Juliet estuviera muerta en vez de secuestrarme...
-¿Fuiste tú? -Se dio la vuelta hacia mi observándome sorprendido, yo asentí y luego de pensarlo un segundo se encogió de hombros. -Ya superé éso, no te preocupes por mi, ahora te tengo conmigo y no te dejaré escapar, nunca jamás en la vida. -Reí y tiró de mi brazo para que sacara mis manos de la cara. -Tienes una bonita sonrisa, en serio la extrañé. -Dijo entregándome un vaso con una pastilla blanca, aspirina, pero las dejé sobre la mesa ratona y me observó con el ceño fruncido, lo abracé fuertemente.
-Gracias. -Comencé a dejarme llevar otra vez sobre su hombro, no podía evitar llorar, él acariciaba mi espalda.
-¿Por qué?
-Por no olvidarme, por seguir estando aquí, por no enojarte, por seguir siendo como siempre fuiste, te amo. -Sentí un sollozo de su lado.
-No me agradezcas, jamás hubiera podido olvidarte y siempre estaré para ti, también te amo mi pequeña _____. -Estuvimos algunos minutos allí hasta que lo solté y tomé el agua junto con la aspirina, luego ambos nos levantamos y nos dirigimos hacia la habitación principal, como pensé obviamente había solamente una cama matrimonial. Austin se cambió la ropa en el baño y luego de éso tomó la almohada y caminó fuera de la habitación.
-¡Espera! -Grité haciendo que volteara hacia mi.
-¿Qué sucede?
-¿Dónde vas?
-Dormiré en el sofá.
-Dormimos juntos millones de veces cuando te quedabas en mi casa o viceversa, ven tonto. -Contesté tomando la almohada de sus manos y lanzándola hacia la cama, él rió, besó mi frente y se recostó, yo me recosté junto a él.
-¿Puedo hacerte algunas preguntas antes de dormir? 
-Claro, dime. -Contesté.
-¿Por qué no querías que fuera a buscarte cuando estabas en Boston?
-No estaba lista para volver a verlos y enfrentarme a las consecuencias de haber desaparecido.
-¿Cómo sabías que habíamos pensado que estabas muerta?
-Cuando visité California pasé por el cementerio y tu auto junto al de mamá, y bueno, da la casualidad que me estaban velando. 
-¿Por qué no te reconocí? Estoy seguro de que te hubiera visto.
-Estaba vestida completamente de negro con un vestido, tacones, un enorme sobrero que tapaba parte de mi cara y anteojos. Además de éso teñí mi cabello a rubio y me coloqué lentillas marrones.
-Wow, tomaste todas las precauciones existentes como para que no te reconociéramos.
-Si, además mi cuerpo ya estaba un poco desarrollado, no pensé que nadie me reconocería, hasta que Jared me observó y me asusté demasiado al notar que me miraba intrigado.
-Él pensó que eras tú, que tenías un parecido. Nos lo comentó, pero nosotros se lo negamos.
-Oh.
-¿Te arrepientes de haberte ido?
-Sinceramente en un principio no, estaba más que enfadada con todos, no podía creer que pudieran haber hecho éso. Pensé miles de veces que si me quedaba me harían lo mismo al notar lo alterada que estaba, estaba asustada, me asustaba hasta de mi misma, de ustedes, no me reconocí cuando herí a Danny y al hablar contigo al hacerte la entrevista y ver tus cicatrices me sentí horrible, me arrepentí más que nunca y recuperé el sentido. Ustedes me querían cuidar, no sé qué madre o amigo me dejaría estar con un borracho, era por mi bien, pero yo lo amaba, y no creí que podían separarme de él pero ahora veo que fue lo correcto. 
-¿Nos odiaste?
-Austin, era una adolescente, claro que los odié, pero fue solamente por un mes, luego comencé a extrañarlos más que nada.
-¿Por qué no volviste?
-Ya te dije, no tenía el valor, sentí que me odiarían si volvía.
-Éso jamás sucederá.
-Lo sé.
-¿Estás sufriendo por Andy?
-Claro que si, ¿cómo te sentirías si vieras a la persona que amaste por cinco años casándose con otra chica? Decir que estoy destrozada sería poco.
-Lograrás superarlo, eres fuerte.
-No lo sé, además ahora sucede ésto con Zack, no sé como sentirme, ya no quiero llorar más por hombres.
-No lo hagas entonces.
-Me parece inevitable.
-Lo sé, pero debes soportarlo. Ya encontrarás a un hombre al que ames y te trate como una reina.
-No lo sé, no creo que mi tiempo llegue, no creo que pueda olvidarme de Andy o de Zack, ellos marcaron mi vida por completo.
-Zack no.
-Si Austin, Zack también, él me ayudó con mis problemas al estar en Boston.
-Pero te engañó.
-¿Hablas de hoy o hace algunos años?
-Las dos veces.
-Si, lo sé, pero sucede lo mismo con Andy, pero ya no tengo oportunidad con él, ya está casado... 
-No sé que decirte.
-No digas nada, durmamos. -Besé su mejilla y ambos nos colocamos de espaldas el uno con el otro, quedándonos completamente dormidos.

sábado, 1 de febrero de 2014

Capítulo 6.

Al día siguiente, al salir del hotel, comenzamos a caminar hacia los alrededores para comprar la ropa de los chicos y la mía. Era como un paraíso, había tiendas por donde mirara. 
 Cuando al fin encontramos todos la ropa nos encontramos todos en el hotel de nuevo, todos en nuestra habitación. Me quedé otra vez pensando un minuto en Andy, ¡demonios! ¿Acaso no podía sacarlo de mi cabeza? 
-Oye _____. -Oí la voz de Austin.
-¿Qué? -Pregunté despertando de mi imaginación.
-Que si te sucede algo nena, últimamente estás muy distraída.
-No, estoy bien. 
-¿Segura?
-Claro Austin, no tienes de qué preocuparte.
-Entonces danos tu opinión sobre el vestuario. -Reí y los observé "modelar" con sus trajes de a uno. 


 *Narra Andy*

Al sentir los fuertes y cegantes rayos del sol en mi cara me senté adormilado en la cama y suspiré, hoy era el tan esperado día, ya sábado. Un día antes el padre y el hermano de Taylor junto a algunos de mis amigos hicieron mi despedida de soltero, por lo que hoy estaba solo en la cama, ella se había quedado en casa de su madre para prepararse, yo todavía tenía bastante tiempo... o éso pensé. Levanté mi teléfono y tenía tres llamadas perdidas de Taylor, oh oh, observé el reloj y marcaba las tres de la tarde, ¡demonios! De pronto una llamada entrante llegó, atendí adivinando quién era.
-Acabo de despertarme amor, lo lamento, me quedé dormido.
-Está bien Andy, pero debes estar allí en el prado a las cinco para la ceremonia, por favor no te olvides. 
-Claro que no Tay, seré el primero en llegar, no te preocupes, estoy muy ansioso. -Soltó una risita.
-Yo también, adiós. -Cortó y oí la puerta principal, corrí hacia ella y era uno de mis amigos, Robert, que entró sin siquiera preguntar.
-¡Ni siquiera te cambiaste todavía! Tu prometida me llamó unas diez veces para que viniera, pero creo que estoy igual que tú, anoche fue increíble... -Se sentó en el sofá, para mi sorpresa también entraron mis otros tres amigos, Jeremy, Cindy y Ken. Si, Cindy era como un chico más para nosotros, era una chica asombrosa y poco femenina a la que queríamos mucho. Trabajaba en mi empresa como contadora, pero manteníamos una fuerte amistad, y los chicos eran amigos en común con Taylor, o socios, nada importante.
-¡Qué tal Biersack! ¿Listo para el casamiento? Oye, no pienses que llevaré vestido. -Todos reímos.
-Jamás te imaginaría en un vestido Cindy, no te obligaré.
-Bien, porque tampoco lo hubiera hecho. 
-Iremos a cambiarnos, ¿necesitas ayuda? -Preguntó Jeremy, solté una carcajada.
-Claro que no idiota. -Rodé los ojos y caminé hacia la habitación, donde busqué mi traje envuelto en una bolsa y me cambié rápida y cuidadosamente {94275}. Ya listo volví hacia la sala de estar, donde ya todos estaban preparados con sus respectivos trajes, excepto Cindy que llevaba un pantalón liviano de vestir negro, tacones altos y una camisa blanca algo escotada.
-Nos vemos bien, vamos que la pradera queda lejos.
-Linda idea la de casarte en una pradera, muy original.
-Fue idea de Taylor, claro, es un bonito lugar. -Subimos a la camioneta, Jeremy manejaba y yo iba detrás con Robert y Cindy. 
-¿Nervioso? -Preguntó Ken.
-No mucho, no creo que suceda algo que me ponga nervioso, esperé mucho tiempo para casarme con ella, es perfecta. 
-Claro, te entiendo, pero yo en mi casamiento no podía soportar mis nervios.
-¿Nervios por qué?
-No lo sé, ya sabes, como las novias sienten nervios también en novio. -Todos reímos. 
 Al llegar por fin al prado entramos con el auto hasta llegar a la sección donde ya estaba el altar. Era muy lindo, lleno de flores de todos los colores y césped. Era muy rústico y diferente a lo común, algo que me gustaba en verdad. Ya faltaba solamente una hora y comenzaba a temblar, si, estaba comenzando a ponerme nervioso, pero, ¿por qué? Por supuesto que Taylor no iba a cambiar de opinión, o éso pienso, ella fue la que propuso ésto. ¿No sería por _____? ¿Estaba listo para dejarla de lado y comenzar una nueva vida? No podía darle marcha atrás a mi decisión, no ahora que solamente faltaba una hora para dar el "sí" después de todo éste tiempo de planear la boda que tanto soñamos... Sentí un sacudón en el hombro y me di la vuelta, el padre de Taylor me observaba con una gran sonrisa.
-¡Hola señor Momsen! -Dije estrechando su mano.
-Por favor Andy, ya no es necesario que me llames así, dime Michael.
-Michael, ¿qué tal está Taylor? ¿Nerviosa?
-Demasiado, ¿y tú?
-Un poco, más que nada emocionado. 
-Todo saldrá bien Andy, tranquilo, ella te ama muchísimo. -Me sonrió. 
-Lo sé, y yo también a ella señor. 
-Bien, creo que tengo que ir con ella.
-¿Ya llegó?
-Si, acabamos de llegar, pero falta todavía media hora. 
-No puedo esperar por verla.
-Cuida a mi pequeña Andy. 
-Prometo que lo haré señor, confíe en mi. -De pronto me dio un fuerte abrazo.
-Eres un gran hombre. -Dijo y se alejó caminando lentamente. 


*Narra _____*

 Al terminar de bañarme suspiré pesadamente y por fin salí del baño. Los chicos ya estaban cambiados. Zack llevaba una camisa roja a cuadros, pantalón de vestir negro y zapatos del mismo color, Austin {93847} y Adam {29478}. Los obligué a salir de la habitación para cambiarme y cuando ya estuve lista {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=112073624&.locale=es} me dirigí hacia la sala donde los chicos estaban sentados en el sofá. Todos dirigieron sus ojos hacia mi y se quedaron con la boca abierta. 
-¡Demonios nena, te ves increíble! -Exclamó Austin, haciéndome reír, Zack se paró hacia mi y besó despacio mis labios.
-Estás hermosa. 
-Gracias. -Me tomó la mano y salimos de la habitación hasta llegar al auto. 
 Cuando por fin llegamos al lugar me sorprendí muchísimo. Era soñado, un precioso prado lleno de flores y césped, algunos árboles pequeños con flores rosadas creciendo en ellos, algunos pétalos caían al suelo haciendo que se viera más hermoso aún. Visualicé a Andy a lo lejos caminando de un lado a otro, el sacerdote ya estaba encima del altar y trataba de tranquilizarlo, algo que me hizo soltar una carcajada. Zack volvió a tomarme la mano y nos sentamos en cuatro sillas atrás de todo, los únicos lugares que estaban libres. De pronto la música ceremonial se escuchó y todos giramos la cabeza hacia la puerta de una bonita casa que parecía sacada de un cuento de hadas, de donde Taylor salió con un precioso vestido tradicional que le sentaba muy bien {34575}, estaba preciosa. Caminó de la mano del que creo que era su padre hacia el lado de Andy, que la miró tiernamente y le susurró algo al oído que hizo que se sonrojara. 
 De pronto sentí como todo pasaba en frente de mis ojos rápidamente. 
-Taylor Michel Momsen, ¿aceptas a Andrew Dennis Biersack como tu legítimo esposo?
-Acepto. -Contestó con una bonita sonrisa..."Hmm, no sería conveniente, pero me llamo Andrew... Andy Biersack. -Se corrigió inmediatamente.", "Digamos que no soy la persona de la que te convenga hacerte amiga, pero estás muy caliente, debo admitirlo.", "Tranquila nena, yo sé que me deseas.", "Mi padre está durmiendo arriba, sígueme por favor.", "Te llevaré a tu casa, pero si dices algo de esto te juro _____ Meredith Worsnop Evans, sería capaz de secuestrarte y no soltarte hasta que la policía me atrape.", "Al no tenerte fácilmente en mi cama llamas mi atención.",  "Creo que podría acostumbrarme a darte regalos, podría recibir muchos besos de tu parte.", "Tú no me quieres.", "¡Tú no me amas, estás con Leto! ¿Por qué quieres arruinar mi vida?", "Bésame... otra vez por favor.", "¡No _____! ¡No dejes que me lleven por favor,", "Te esperaré, te amo.", "¡¿_____?! Oh mi dios _____, estás viva, no lo puedo creer, ¿dónde estás? ¿por qué jamás me llamaste?", "Oh mi preciosa _____, no puedo creer que estés viva, no sabes cuanto sufrí cuando me dijeron que habías muerto, mi mundo se cayó a pedazos...", "Te amo más que nada y te extraño".
 Sin darme cuenta me paré gritando un "¡no!" que salió sin pensarlo, tapé mi boca pero era demasiado tarde, todas las miradas se voltearon hacia mi, me paré y corrí hacia el auto, lejos de allí, lejos de Andy, lejos de su nueva mujer. ¡Tú debes casarte conmigo! Grité en mi mente y sentí como el nudo de mi garganta me ahorcaba muchísimo, dejé que las lágrimas comenzaran a caer, sentada sobre el suave césped y de pronto oí un estallido de aplausos y gritos... había aceptado, lo había perdido por completo, ya no era mío, ya no era el hombre que amaba, ahora tenía a otra. Maldito sea el día en el que te conocí Biersack, repetí en mi mente una y otra vez. Las lágrimas caían contra el césped, me escondí tras el auto y observé como los invitados le tiraban arroz a la ahora feliz y casada pareja, pero Andy se veía raro, su sonrisa no le llegaba a los ojos. Se subieron al auto y salí de mi escondite, observando como ambos se subían. De pronto nuestras miradas se encontraron, tenía una mirada triste, extrañado y yo no podía dejar de llorar, bajé la mirada y la volví a levantar cuando vi que el auto se alejaba a toda velocidad hacia el salón principal. No podía soportarlo, debía irme de aquí, de todo éste drama, de éste maldito lugar lleno de felicidad. Me subí al asiento trasero del auto y cuando los chicos se subieron al fin me observaron atentamente.
-¿Qué sucedió _____? -Preguntó Zack con voz dulce desde el asiento del copiloto.
-Recuerdo todo, absolutamente todo... -No pude evitar que las lágrimas volvieran a caer por mi mejilla y comencé a sollozar en el hombro de Austin, no podía dejar que Zack me viera sufriendo por otro hombre... 
-Vámonos. -Dijo Adam.
-No, ustedes se quedan.
-Claro que no _____, si tú te vas, nosotros también.
-¡Dije que se queden! ¿Acaso no me entienden? Quiero estar sola. -Todos me miraron boquiabiertos.
-Bien, nos tomaremos un taxi desde aquí, llévate el auto. 
-No, yo iré en taxi.
-Hmm, no creo que consigas un taxi en el medio de la nada. 
-Bien, me llevo el auto y luego los vengo a buscar. -Asintieron y Adam comenzó a manejar hacia el salón principal, donde las guitarras acústicas con una bonita melodía comenzaba a sonar. Todos se bajaron y me abrazaron.
-¿Estarás bien? -Preguntó Adam.
-Claro, no te preocupes. -Le di un beso en la mejilla. -Oh, espera, ¿tienes un cigarrillo Adam? 
-Si, pero no te lo daré.
-Por favor, es solamente tabaco. 
-Solamente uno. -Me entregó uno y lo encendió, luego me dio un último abrazo y se encaminó con los chicos hacia la gran puerta decorada con flores blancas. Comencé a fumar el cigarrillo tranquilamente tratando de quitar la infinita pena y tristeza que sentía hasta que observé a Andy tan hermoso como siempre con el traje que le quedaba perfecto.
-No te acerques a mi por favor. -Le rogué agachando la mirada.
-_____...
-No Andy, no quiero sufrir más, por favor, ve con tu esposa, ya tienes una nueva vida.
-Yo... pensé que me habías olvidado.
-Creo que la memoria llegó a mi en el momento menos pensado. -Susurré, él se acercó a paso lento hacia mi y trató de acariciar mi mejilla, pero coloqué mis manos abiertas encima de las suyas para que no lo hiciera.
-Por favor, no hagas ésto Andy, no lo hagas. -Dije reprimiendo el llanto, pero no lo logré y las lágrimas cayeron sin control sobre mi cara. 
-No, no llores nena. 
-No me llames así, vete, déjame sola. 
-No me iré a ninguna parte. -Se sentó a mi lado y me abrazó, evitando que escapara de sus brazos. Me dejé llevar y sollocé con fuerza sobre su saco, mojándolo con mis lágrimas.
-Me arrepiento de haberte conocido. -Susurré entre sollozos contra su pecho, olía realmente bien.
-Yo sé que no, deja de mentirte a ti misma... -Me alejé de él y me apoyé en la puerta del auto con las manos en la cara. 
-¿Por qué haces ésto? Ya no podemos estar juntos, yo... yo pensé que me esperarías, pero no lo hiciste, y lo acepto, pero ahora no quiero que vengas a buscarme, soportaré la tristeza, no te preocupes por mi, haz tu vida con Taylor que yo trataré de comenzar una nueva con... no lo sé, con cualquier persona, me importa una m*ierda quién sea, ahora debo olvidarte. 
-Lo lamento, perdí la esperanza, pensé que jamás ibas a recuperar la memoria, y luego de lo que te hice pensé que no te merecía. -Contestó con la cabeza agachada, luego me volvió a observar. -Estás preciosa, ése vestido te queda precioso. -Lo ignoré.
-Creo que tendremos que aprender a vivir con ello, ¿no? Yo con la tristeza, la pena, el dolor y tú con la felicidad junto a Taylor. Te deseo lo mejor Andy. -Sin esperar una respuesta besé su mejilla y me subí al auto tratando de no mirar atrás, pero lo hice, al salir observé el espejo retrovisor y Andy besaba a Taylor, ¡demonios! Seguí manejando sin cometer el mismo error hasta que una media hora después llegué al hotel sana y salva a pesar de las lágrimas que nublaban mi vista. Entré a la habitación, me quité el vestido que ahora me parecía repugnante, los zapatos, el maquillaje, el collar y los brazaletes, los zapatos y me lancé hacia la cama sollozando otra vez, no podía evitarlo, ¿no podría ser más inoportuno? Justamente en su maldito casamiento. Me hubiera encantado que la hubiese recuperado unos meses antes al llegar a California, hubiera tenido más oportunidades de estar con él, por siempre, y ser yo a la que esperaba en el altar con una linda sonrisa de amor... Las lágrimas comenzaron a producirme dolor de cabeza y de pronto me quedé dormida.