Al oír el sonido de la puerta me senté rápidamente en la cama, un minuto después Zack entró tambaleándose a la habitación, corrí hacia él y lo tomé antes de que cayera.
-Hola linda. -Trató de besarme pero le corrí la cara.
-Tienes mal aliento Zack.
-Oh, creo que bebí un poco. -Dijo arrastrando las palabras.
-¿Un poco? Muchísimo, es algo que tú no haces Zachary.
-Solamente me llamas Zachary cuando te enojas.
-Lo estoy. -Quité su camisa que estaba un poco desprendida y noté manchas de labial en su pecho. -¿Qué m*ierda es éso?
-Una chica se puso loca... -Rió, yo lo solté, me coloqué el pijama y corrí hacia afuera, hacia la habitación de Austin dejándolo totalmente solo. Todavía estaba tratando de abrir la puerta cuando me observó extrañado.
-¿Qué sucedió pequeña? -Preguntó abrazándome y acariciando mi cabello.
-Zack...
-Oh, ése maldito idiota se emborrachó y perdió el control.
-Lo noté. -Comencé a sollozar en su hombro.
-Ya, tranquila, quédate conmigo ésta noche. Sé que hoy pasaste por mucho.
-Demasiado, creo que estoy harta de llorar, el dolor de cabeza me está matando. -Cuando por fin abrió la puerta entramos y la cerró detrás de mi.
-Tengo aspirinas, y está bien que llores pequeña, es demasiado drama para un día, pero me alegra que te acuerdes de todo. -Me senté en el sofá de la sala de estar con las manos en la cara.
-A mi no me alegra, recuerdo los mensajes que me mandaste cuando pensaste que estaba muerta, recuerdo que le dije a Andy que evitara que me buscaras en Boston. Como me hubiese gustado que Juliet estuviera muerta en vez de secuestrarme...
-¿Fuiste tú? -Se dio la vuelta hacia mi observándome sorprendido, yo asentí y luego de pensarlo un segundo se encogió de hombros. -Ya superé éso, no te preocupes por mi, ahora te tengo conmigo y no te dejaré escapar, nunca jamás en la vida. -Reí y tiró de mi brazo para que sacara mis manos de la cara. -Tienes una bonita sonrisa, en serio la extrañé. -Dijo entregándome un vaso con una pastilla blanca, aspirina, pero las dejé sobre la mesa ratona y me observó con el ceño fruncido, lo abracé fuertemente.
-Gracias. -Comencé a dejarme llevar otra vez sobre su hombro, no podía evitar llorar, él acariciaba mi espalda.
-¿Por qué?
-Por no olvidarme, por seguir estando aquí, por no enojarte, por seguir siendo como siempre fuiste, te amo. -Sentí un sollozo de su lado.
-No me agradezcas, jamás hubiera podido olvidarte y siempre estaré para ti, también te amo mi pequeña _____. -Estuvimos algunos minutos allí hasta que lo solté y tomé el agua junto con la aspirina, luego ambos nos levantamos y nos dirigimos hacia la habitación principal, como pensé obviamente había solamente una cama matrimonial. Austin se cambió la ropa en el baño y luego de éso tomó la almohada y caminó fuera de la habitación.
-¡Espera! -Grité haciendo que volteara hacia mi.
-¿Qué sucede?
-¿Dónde vas?
-Dormiré en el sofá.
-Dormimos juntos millones de veces cuando te quedabas en mi casa o viceversa, ven tonto. -Contesté tomando la almohada de sus manos y lanzándola hacia la cama, él rió, besó mi frente y se recostó, yo me recosté junto a él.
-¿Puedo hacerte algunas preguntas antes de dormir?
-Claro, dime. -Contesté.
-¿Por qué no querías que fuera a buscarte cuando estabas en Boston?
-No estaba lista para volver a verlos y enfrentarme a las consecuencias de haber desaparecido.
-¿Cómo sabías que habíamos pensado que estabas muerta?
-Cuando visité California pasé por el cementerio y tu auto junto al de mamá, y bueno, da la casualidad que me estaban velando.
-¿Por qué no te reconocí? Estoy seguro de que te hubiera visto.
-Estaba vestida completamente de negro con un vestido, tacones, un enorme sobrero que tapaba parte de mi cara y anteojos. Además de éso teñí mi cabello a rubio y me coloqué lentillas marrones.
-Wow, tomaste todas las precauciones existentes como para que no te reconociéramos.
-Si, además mi cuerpo ya estaba un poco desarrollado, no pensé que nadie me reconocería, hasta que Jared me observó y me asusté demasiado al notar que me miraba intrigado.
-Él pensó que eras tú, que tenías un parecido. Nos lo comentó, pero nosotros se lo negamos.
-Oh.
-¿Te arrepientes de haberte ido?
-Sinceramente en un principio no, estaba más que enfadada con todos, no podía creer que pudieran haber hecho éso. Pensé miles de veces que si me quedaba me harían lo mismo al notar lo alterada que estaba, estaba asustada, me asustaba hasta de mi misma, de ustedes, no me reconocí cuando herí a Danny y al hablar contigo al hacerte la entrevista y ver tus cicatrices me sentí horrible, me arrepentí más que nunca y recuperé el sentido. Ustedes me querían cuidar, no sé qué madre o amigo me dejaría estar con un borracho, era por mi bien, pero yo lo amaba, y no creí que podían separarme de él pero ahora veo que fue lo correcto.
-¿Nos odiaste?
-Austin, era una adolescente, claro que los odié, pero fue solamente por un mes, luego comencé a extrañarlos más que nada.
-¿Por qué no volviste?
-Ya te dije, no tenía el valor, sentí que me odiarían si volvía.
-Éso jamás sucederá.
-Lo sé.
-¿Estás sufriendo por Andy?
-Claro que si, ¿cómo te sentirías si vieras a la persona que amaste por cinco años casándose con otra chica? Decir que estoy destrozada sería poco.
-Lograrás superarlo, eres fuerte.
-No lo sé, además ahora sucede ésto con Zack, no sé como sentirme, ya no quiero llorar más por hombres.
-No lo hagas entonces.
-Me parece inevitable.
-Lo sé, pero debes soportarlo. Ya encontrarás a un hombre al que ames y te trate como una reina.
-No lo sé, no creo que mi tiempo llegue, no creo que pueda olvidarme de Andy o de Zack, ellos marcaron mi vida por completo.
-Zack no.
-Si Austin, Zack también, él me ayudó con mis problemas al estar en Boston.
-Pero te engañó.
-¿Hablas de hoy o hace algunos años?
-Las dos veces.
-Si, lo sé, pero sucede lo mismo con Andy, pero ya no tengo oportunidad con él, ya está casado...
-No sé que decirte.
-No digas nada, durmamos. -Besé su mejilla y ambos nos colocamos de espaldas el uno con el otro, quedándonos completamente dormidos.
Omg... Pobre Rayita Debe estar hecha mierda ajajaj, siguela c:
ResponderBorrar