lunes, 17 de febrero de 2014

Capítulo 10.

 Abrí los ojos lentamente al oír unos pequeños golpecitos en el techo, observé la ventana y el cielo estaba totalmente cubierto por nubes grises, algunas gotas caían por el vidrio... suspiré y me estiré muy cansada, me senté y guié mi mirada a mi lado, donde Ash dormía tranquilamente con la boca entreabierta respirando con tranquilidad. Me paré con cuidado de no despertarlo pero mi acción tuvo el efecto contrario, tomó mi brazo y me colocó encima de sus piernas, yo solté un pequeño grito de sorpresa.
-Buenos días. 
-Buenos días, hoy cumplimos diez meses, los conté. Es sábado. -Dijo adormilado, yo reí.
-Dos meses para un año, felices diez meses Ash. -Besé sus labios despacio. Si, al pasar unas tres semanas en California por fin recibí una llamada de él diciéndome que si podíamos encontrarnos, a lo que por supuesto acepté. Luego de pasar unos cuatro meses siendo amigos me propuso salir, y ahora aquí estamos, yo en la casa que iba a compartir con Zack, con el que no tuve contacto excepto el día en el que lo llamé para pedirle, u obligarlo a que quitara sus pagos de la casa. Habíamos comenzado a convivir hace tan solo dos meses en ésta preciosa y espaciosa casa.
-Igualmente mi hermosa _____. 
-Tengo mucha hambre. -Susurré.
-¿Qué hora es? -Le eché un vistazo al despertador que marcaba las 12:23.
-Demonios, las doce y media, nos perdimos el desayuno, si me sueltas iré a preparar el almuerzo. 
-No lo sé, no tengo muchas ganas de dejarte ir. -Volvió a besar mis labios suavemente.
-Bien, en ése caso, ambos moriremos de hambre... 
-Pero felices. -Reí y cuando por fin me soltó ambos nos levantamos para luego bajar por las escaleras tranquilamente.
 Al acabar el almuerzo, coloqué los platos en el lavavajillas y me senté en el sofá junto a Ash. De pronto, el sonido de su teléfono nos exaltó a ambos, atendió al instante.
-¿Si?... Oh, hola mamá... Estoy bien, gracias, ¿ustedes?... Bien, ¿qué tal el trabajo?... Oh... Está bien, a mi lado, acabamos de almorzar... Spaguettis... Claro que si... Mamá, no seas grosera... Bien, como digas... Está bien, pero recuerda que estoy en California... Ok, luego te paso la dirección, cuídate y saludos, adiós. -Cortó y se quedó mirando el teléfono, luego se volvió hacia mi. 
-¿Qué sucede? ¿A tu madre no le caigo bien ya? -Soltó una risita.
-Eres una tonta, tú siempre le caes bien a todo el mundo. Me preguntó si cocinas bien, que si no me enviaría comida desde Londres. Dijo que vendría a visitarme y así aprovecharía para conocerte.
-Asombroso, suerte que tenemos la habitación de huéspedes.
-Exacto.
-Debo limpiarla, ¿cuándo vendrá?
-Dentro de una semana o dos, me avisará.
-Entonces tengo tiempo, pero recuérdamelo por favor.
-Claro. -Besó mi mejilla.
-Demonios, sigo teniendo hambre. 
-Últimamente tienes hambre todo el tiempo. -Rodó los ojos.- Te compré dulces, están en la alacena.
-No sé qué me sucede, pero eres el mejor novio del mundo. -Besé su mejilla y caminé en busca de los dulces, cuando por fin los encontré me di la vuelta hacia Ash que había pronunciado mi nombre en un susurro y me observaba horrorizado.
-¿Qué sucede Ash?
-Hace más o menos cuatro semanas no usamos protección... 
-¿Y? -Pregunté confundida.
-Estás demasiado hambrienta desde ésa noche y me has dicho que sentías dolores de cabeza. 
-Ve al punto Ashley. -Comenzaba a ponerme nerviosa.
-Dime por favor que no estás embarazada. -Pestañeé un par de veces, ahora yo estaba horrorizada, tenía razón.
-Éso es imposible, tomé la pastilla anticonceptiva.
-Claro que no _____, la tomaste una semana después.
-¡M*ierda, no puede ser! -Exclamé llevando mis manos hacia la cabeza con preocupación.
-Iré a buscarte un test de embarazo. -Contestó tomando las llaves de su motocicleta y dando un fuerte portazo a la puerta al salir. Me senté en completo shock en el sofá, el apetito ya se me había ido. Unos veinte minutos luego la puerta se abrió y Ash me entregó una bolsa y caminé aterrada hacia el baño rogando que diera positivo.
 Esperé un momento y dos líneas aparecieron, observé la caja y su significado... positivo. Me observé al espejo, me veía pálida y aterrada. Pasaron unos diez largos minutos y no podía moverme de allí... dos pequeños golpes en la puerta me sobresaltaron.
-Cariño, ¿estás bien?... Oye _____, ¿puedo entrar? -No podía articular ni siquiera una palabra, al no escucharme abrió la puerta y me observó con expresión pasiva. -¿Qué sucedió? -Levanté la mano y le mostré el test. -¿Éso quiere decir positivo? -Asentí con la cabeza, se situó detrás de mi y tomó mi cintura. -Tranquila, trataré de ser un buen padre. -Sin poder aguantar más me di la vuelta y comencé a llorar desconsoladamente en su hombro mojando su camiseta. -Ya cariño. -Acarició mi espalda rítmicamente.
-Ésto no tendría que haber pasado. -Dije entre sollozos, él tomó mi rostro entre sus manos y secó mis mejillas.
-¿Por qué lloras?
-Porque no estoy lista para ser madre, y sé que tú tampoco. Esto fue demasiado inesperado, recién acabamos de cumplir diez meses. Tengo mucho miedo de ser una mala madre.
-No digas éso, lo que cuenta es que haremos nuestro mejor esfuerzo para darle la mejor vida al pequeño, serás la mejor madre del universo. Ahora te llevaré a la habitación. -Luego de decir ésto me tomó entre sus brazos comenzando a caminar conmigo, apoyé mi cabeza en su pecho dejando que las lágrimas volvieran a caer. Me recostó en la cama y se recostó a mi lado entrelazando nuestras manos observándome.
-Esto es una porquería. -Dije otra vez entre sollozos.
-Ya, basta de llorar, no tenemos que pensar que esto es una desgracia. Se supone que un bebé es una bendición, y fue inesperado, pero este maldito será nuestro hijo. -Colocó su mano en mi vientre, yo solté una risa.
-Creo que éste maldito no cree tus palabras. -Dije refiriéndome al bebé.
-O maldita...
-Eres un bastardo. -Contesté entre risas.
-Tu bastardo.
-Claro que si. -Besó mis labios tiernamente y luego ambos observamos el techo.
-¿Sabes? Si es niño me gusta el nombre Blake, si es niña...
-Savannah. -Lo interrumpí recordando de pronto la carta de Andy, siempre amé ese nombre, al igual que Dylan. 
-No iba a decir éso pero amo el nombre.
-¿Qué ibas a decir? Me gusta Dylan si es niño.
-Bella, y también me gusta Dylan.
-Podría ser Savannah Bella, o Blake Dylan. -Solamente asintió con la cabeza.
-Savannah Bella Stymest y Blake Dylan Stymest, mi pequeños hijitos. -Susurró aún con la mirada en el techo y posando otra vez su mano en mi vientre.
-Suena bien. 
-¿Verdad que si? -Noté una enorme felicidad en su rostro, era contagiosa, este bebé no iba a ser tan malo como lo parecía... 


*Narra Andy*

 Al llegar a casa luego de una larguísima jornada de trabajo observé mi reloj de muñeca, que marcaba las 21:05. Abrí la puerta con mi llave y me quité la corbata y el saco junto a los zapatos. Luego caminé hacia Taylor que observaba la televisión con poco interés comiendo un dulce, besé su cabello y me senté a su lado.
-Hola, ¿qué tal te fue? 
-Bien, ¿tú que hiciste?
-Ensayar.
-¿Ensayar? ¿No dijiste que los ensayos se habían suspendido ya que el baterista había tenido un accidente?
-Se... se recuperó. -Contestó dudosa.
-Oh.
-Te dejé un sándwich en el refrigerador. -Cambió de tema tan bruscamente sin quitar la vista de la pantalla que hizo que frunciera el ceño, últimamente había estado fría y rara. Me paré y tomé el sándwich comiendo lentamente.
 Al abrir el grifo del agua caliente de la ducha oí dos golpes.
-Andy, saldré a comprar helado, vuelvo luego.
-Bien. -Contesté decidido.
 Al salir de la ducha me extrañó no ver otra vez a Taylor de vuelta. Me coloqué el pijama y comencé a oír una vibración en la mesa de luz, había olvidado su teléfono y la llamaban desde un número desconocido, pulsé contestar.
-Hey cariño, olvidaste tu chaqueta junto con tu sostén... -Dijo un hombre con voz grave al otro lado, me repugnó tanto que las palabras no salieron. -¿Tay?
-¿Quién m*ierda eres? -Pregunté furioso.
-Wow, temo que debo preguntarte lo mismo antes de contestarte.
-Soy el marido de Taylor.
-Me tienes que estar jodiendo.
-No lo hago, ¿qué demonios hacías con mi esposa hace un momento?
-Bueno, por lo que escuchaste supongo que la respuesta es obvia.
-¿Sexo?
-Claro hermano. -Me impresionó su tranquilidad.
-¡M*ierda! ¿Hace cuánto tiempo? -Oí el sonido de la puerta de la habitación abrirse, Taylor entraba despeinada y a la habitación caminando lentamente, yo corté antes de que el hombre pudiera contestar y dejé su teléfono en la cama.
-¿Qué sucedió? ¿Qué hacías con mi teléfono?
-Nada cariño, llamó tu madre. -Contesté tratando de mantener la calma.
-Oh, ¿qué dijo?
-Nada importante, ¿por qué tardaste dos horas en llegar?
-Tuve que viajar por todas las heladerías de aquí, no había ninguna abierta.
-Y dime, ¿dónde está el helado?
-Hmm...
-Te llamó un idiota diciendo que habías olvidado tu sostén en su casa. -Solté sin pesar, ella me observó con los ojos abiertos y luego soltó una risa nerviosa.
-¿Qué?
-No te hagas la estúpida Taylor, ahora sé por qué estabas tan rara y fría últimamente, me estabas engañando. En verdad nunca pensé que podrías hacerme éso.
-Oye Andy, puedo explicar... -Contestó acercándose a mi pero la alejé tomando sus hombros.
-No quiero que expliques nada, ya es suficiente. -Sin decir nada más tomé una maleta y comencé a juntar mi ropa.
-No hagas esto Andy, por favor, déjame explicarte por favor. -Tomó mi espalda pero se sobresaltó dando un paso hacia atrás con los ojos muy abiertos cuando me di la vuelta rápidamente.
-No me vuelvas a tocar, me das asco. -No volvió a hablar, se sentó en la cama observando como tomaba mi ropa y la colocaba en la maleta.
-¿Me dejarás? -Dijo en un susurro junto con un sollozo.
-¿Y tú que crees? ¿Qué hubieras hecho tú si una zorra me hubiera llamado diciéndome que olvidé mis bóxers en su casa? -Volvió a quedarse en silencio, me coloqué unos jeans negro junto con una chaqueta, botas y una camiseta blanca y salí de la casa sin mirar atrás tomando las llaves de mi auto. Manejé hacia el aeropuerto y sin pensarlo otra vez reservé un vuelo a California. Solamente debía esperar una hora ya que era el último vuelo, suspiré aliviado y al oír la voz de llamada de mi vuelo caminé tranquilamente dejando mi mente totalmente en blanco al subir al avión. La volvería a ver luego de ése día en el hotel, donde quería proponerle que fuéramos amigos... pero la vi con otro, ella tenía una vida igual que yo y no lo sabía hasta ése maldito día en el que ése idiota la tomó de la cintura por detrás. Pero, ¿estaba listo para volver a verla? Claro que si, o éso pensé. No podría volver a enamorarme de ella, era pasado, aunque con los bizarros acontecimientos de esta noche no tuve ningún tiempo para pensar en absolutamente nada luego de subirme al avión.

5 comentarios:

  1. hay por dios!" rayita estas embarazada! y no es de Andy :C ahahadn seguila porfiis

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  2. Oh cielo,sigo con vida :D porfis siguela, me encanta. No pude entrar un largo tiempo(ya te contare <3) bueno,sigue que lo haces muy bien!

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  3. dios esta genial la adoro, publique una novela y me gustaria mucho que tu la leyeras http://el-amornomuere-bvb.blogspot.com/ bueno esta es y espero el otro capitulo

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  4. En seguida la sigo chicas *u* Muchas gracias Vicky, no te hagas problema cariño:3 Panconqueso (amo tu user xd), acabo de leerla y comentar♡

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