Capítulo 11.

 -Bien, soy sensacional. -Los tres rieron. -O lo era... -Dije logrando que mi sonrisa desapareciera, Andy solamente acarició mi mejilla.
 Al acabar de almorzar otra vez nos volvimos hacia el hotel. Debía pensar cómo decirle a Andy que quería que la mujer que lo trató de asesinar no merecía estar en la cárcel o me matarían. Por ahora no pensaba darle tantas vueltas al tema, simplemente debía concentrarme en fingir el vínculo, el cariño, la amistad, el amor, todo. Entramos hacia la habitación y observé el reloj de pared, eran recién las 15:45.
-Y bien... ¿qué quieres hacer aquí amor? -Dijo Andy.
-¿Puedo dormir un poco? En verdad estoy muy cansada. 
-Claro. -Tomó mi mano y ambos nos dirigimos hacia una gran habitación donde solamente había una cama matrimonial, me senté en una esquina y él se sentó a mi lado. Me quitó las zapatillas y yo quité mi chaqueta y los anteojos, que aún tenía puestos, me observó atentamente.
-Tus ojos siguen siendo los mismos, tu mirada es la más hermosa del mundo. -Sentí como mis mejillas se sonrojaban de pronto, tomó mi barbilla y me dio un leve beso en los labios, a lo que volví a sentirme incómoda, pero le mostré una falsa sonrisa y tuve la curiosidad de acariciar su rostro, se veía tan suave, estiré la mano y comencé a acariciar su mejilla, luego me dirigí hacia la patilla, el cabello y volví a la mejilla otra vez, acaricié su labio superior y deposité un pequeño beso en él, tenía unos labios hermosos, le sonreí, pero ésta vez era una sonrisa sincera.
-Tu mirada también es hermosa. -Lo solté y me recosté en la cama, me tapó y se recostó a mi lado, detrás de mi. Comencé a cerrar los ojos cuando oí que susurraba.
-Te amo. 
-Y yo a ti. -Y me quedé dormida. 

  Abrí los ojos en el parque, era de noche otra vez y observé a mis alrededores, ¿qué hacía aquí? Alguien tomó mi cintura y mi cuello con su brazo por detrás.
-Creo que a alguien se le acabó el tiempo... -Sentí algo filoso en el cuello y un líquido algo espeso cayendo por mi pecho, me zafé y me di la vuelta, era Marion, que me volvió a tomar.
-Te dije que si no sacabas a Juliet y Mandy de la cárcel te mataría, te encariñaste con ésos idiotas y no hiciste lo que te dije, soy un hombre de palabra niñita. -Acarició mi mejilla con el filo del cuchillo, haciendo que doliera. 
-Por favor, dame más tiempo, las sacaré, por favor. 
-Me encanta que ruegues. -Rió con repugnancia, pero no dejaba de hacerme daño en el cuello con el cuchillo, lo pasaba una y otra vez.
-Por favor Marion, éramos amigos, no hagas ésto.
-Una verdadera amiga no te roba el empleo y deja que su noviecito lo deje en la calle. -Enterró el cuchillo en mi abdómen, haciendo que gritara, me soltó y caí al suelo demasiado adolorida.
-Te dije que te sucedería algo si estabas con ellos, ahora mírate, te lo advertí. -Abrí los ojos y observé a Adam observándome a un lado de Marion, lo que logró que comenzara a llorar.
-¿Por qué Adam? Tú eres mi único amigo.
-Era. -Contestó y comenzó a alejarse sin mirar atrás, volví a apoyar mi cabeza contra el pasto que pinchaba mi nuca. De pronto volvió a acuchillarme y volví a cerrar los ojos sintiendo el inmenso dolor en el abdómen.

 -¡Nena, despierta ya! -Gritó Andy de pronto y abrí los ojos espantada.
-¿Qué sucedió?
-Nada _____, tuviste una pesadilla, tranquila. -Acarició mi cabello, logrando que me tranquilizara.
-Fue horrible.
-¿Qué soñaste?
-Que me apuñalaban. -Le confesé, me miró intrigado.
-Fue solo un sueño, no te sucederá nada malo, no dejaré que pase. -Besó mi mejilla dulcemente y asentí con la cabeza sonriendo. Oh, en verdad no sospecha de mi, piensa que en verdad recuerdo todo... Seguramente se sentirá destrozado cuando le diga la verdad, pero... ¿debería decirle la verdad? ¿Por qué no dejar ésto como está? No quiero hacerle daño a nadie, no soy una perra. Tal vez algún día podré recordar todo cuando esté otra vez en mi hogar, mi verdadero hogar, con mi familia, mis amigos, todos felices. Excepto Adam, por supuesto, ¿qué hará cuando me valla? ¿me olvidará o hará algo malo para olvidarme? Tal vez podría volver a recurrir a la droga. Si lo vuelvo a ver con ése maldito polvo blanco en su mano juro que me encargaré yo misma de asesinarlo. Abrí los ojos y Andy seguía acariciando mi cabello, besé su mejilla y me alejé de él, de su pecho, de su aroma. Me paré y me coloqué las zapatillas, luego me dirigí hacia la puerta, pero Danny tiró de mi brazo.
-¿Qué crees que haces? ¿Qué te hizo Andy?
-Hmm, nada, solamente quiero ir a saludar a mi amigo, supongo que debe estar en la habitación de la que salí. -Le sonreí y me observó inseguro.
-Te acompaño. -Rodé los ojos.
-Por favor Danny, no tengo 5 años, ¿acaso no puedes confiar en mi?
-Bien. -Me soltó y abrió la puerta por mi, caminé tranquilamente hacia la habitación y abrí, no estaba con llave, corrí hacia la habitación y por suerte lo encontré profundamente dormido, moví un poco su hombro hasta que por fin abrió los ojos, suspiró pesadamente.
-¿Qué quieres?
-Quiero hablar contigo.
-Pues yo no, ya vete. -Dijo dándose la vuelta, caminé hacia el otro lado y me senté al borde de la cama, acariciando su cabello.
-Perdóname, por favor, no era mi intención herirte, sabes que eres lo único que tengo. -Volvió a cerrar los ojos. -Adam, desde que te conocí mi vida es mejor, me has apoyado en todo, me has cubierto, me ayudaste, me trataste como si valiera, me hiciste sentir querida. No quiero que nuestra amistad se pierda por ésto, por favor, no quiero perderte, fuiste, eres y serás mi mejor amigo por siempre, mi pequeño hermano. -Sentí como mis ojos se humedecían, abrió de nuevo los ojos y los tenía llenos de lágrimas, se abalanzó sobre mi y me abrazó fuertemente.
-Lamento haberme enfadado, tú también eres lo único que tengo y no quiero que te vayas, no quiero perderte. -Sollozaba sobre mi hombro.
-No te dejaré, lo prometo. -Contesté siguiendo sus sollozos.
-No prometas cosas que no puedes cumplir. -Dejó de abrazarme y me observó con ojos rojos y llorosos, rodé los ojos.
-No arruines el momento y confía en mi. -Volví a abrazarlo y él soltó una pequeña risa. Cuando por fin nos separamos, secamos nuestras lágrimas y comenzamos a reírnos sin razón alguna al ver nuestras caras.
-¿De qué te ríes? -Preguntó casi sin aliento.
-¿Y tú?
-No lo sé, nos vemos tontos cuando lloramos. -Volví a reír y apreté sus mejillas con fuerza haciendo que soltara un quejido. De pronto su sonrisa se borró.
-¿Qué? -Le pregunté.
-¿No deberías estar con ellos? -Bajó la mirada, tomé su mentón con ambas manos logrando que me volviera a observar atentamente.
-Estoy contigo, aquí, ahora, siempre, deja de hacerte problema por éso por favor. Si quieres que me quede, lo haré. Es más, si quieres nos quedamos otro día en ésta hermosa habitación y le digo a mis "amigos" -dije haciendo énfasis al pronunciarlo e imitando comillas con mis dedos- que le digan a Frank que estabas muy ocupado con nosotros haciendo una investigación. -Rió.
-¿Una investigación de qué?
-Hmm, no lo sé, investigación de... ¿dinero? -Soltó una carcajada.
-Claro, bien, si tú dices, solamente espero que me crea, nunca lo hace.
-Pero a Andy, Danny y Zack si... o éso pienso yo. 
-Bien, quedémonos, solamente una vez en la vida se duerme en una cama como ésta. 
-O dos si tienes suerte como hoy... -Ambos volvimos a reír. -Pero... tengo un problema.
-Oh oh, ¿qué sucede? 
-Les tengo que avisar y no sé si dejarán que me quede sola contigo. -Frunció el ceño con confusión.
-¿Por qué?
-No lo sé, son muy sobreprotectores. 
-Tal vez sea porque no te vieron hace mucho tiempo...
-Tal vez. -Repetí pero no le di importancia y me recosté a su lado. -¡Enciende la tele!
-¿No les dirás?
-Soy dueña de mi vida, no tengo por qué hacerlo, cerraré con llave. -Sonreí y corrí hacia la puerta, cerré con la llave y me lancé hacia la cama haciendo que Adam rebotara y riera, encendió la tele y colocó Los Simpsons.
-Wow, muy maduro, ¿cuántos años cumples mañana? ¿ocho? -Golpeó mi hombro y rió.
-Eres una tonta, sabes que también te gustan Los Simpsons, los veías todo el tiempo en secreto en el refugio, y gracias por recordar mi cumpleaños, ya lo había olvidado.
-Tal vez, cuando no me escapaba... De nada, para éso estoy, ni siquiera te acuerdas de tu cumpleaños, eres un viejo. -Le saqué la lengua quitándome otra vez las zapatillas. -Ésta ropa es un asco, hace 3 días que la tengo.
-¿Quieres que valla por la otra? 
-No, no, no, tú te quedas aquí conmigo, me encargaré de éso mañana cuando te lleve al refugio, tranquilo. -Le sonreí y besé su mejilla.
-¿Alguna vez te dije lo hermosa que eres? -Sentí como me sonrojaba.
-En realidad no.
-Si no fueses mi mejor amiga ya te estaría besando. -Reí comenzando a ponerme incómoda.
-Tú lo dijiste, mejor amigo. -Tapé mi cara con la sábana, un minuto luego me destapó.
-L...lamento haberte puesto incómoda, no sé que me sucede. -Desvió la mirada de mis ojos, yo volví a hacer lo de algunos minutos, tomé sus mejillas y lo volteé hacia mi para que volviera a observarme.
-Ya, no es nada, ahora... Lisa acaba de teñir su cabello, veamos el resto. -Lo hice reír y volvió a recostarse besando mi mejilla. De pronto mis ojos comenzaron a cerrarse de a poco y caí sobre el hombro de Adam, sin darle importancia me acurruqué a él y dejé que el sueño se apoderara de mi.



Lamento mucho tardarme en subir capítulos, es que estoy en verdad muy ocupada y además de ésta novela tengo otra que escribir también, también tengo que estudiar y bueno, no las quiero aburrir con las razones, pero espero que me entiendan y tengan paciencia por favor. Espero que les guste y trataré de subir día por medio, no se enojen:( ¡Gracias por leer!
PD: Ya hay más de 3.644 visitas en el blog y éso me hace más que feliz, les agradezco muchísimo:3