Capítulo 6.

 *Narra Andy*

 Por fin habíamos llegado a Jacksonville luego de 2 largos días de viaje. Danny nos había estado torturando las últimas tres horas de viaje porque su estómago rugía, se quejaba tanto de que tenía hambre que decidí parar en un supermercado antes de dirigirnos al hotel. Solamente bajó Danny, donde compró su amada comida, Merrick y yo nos quedamos en silencio. Los dos se quedaron todo el viaje dormidos, lo que agradecí infinitamente, nada de charlas incómodas hasta éste momento. Le subí el volúmen al estéreo y comencé a cantar despacio, era mi cd favorito de Judas Priest. Por suerte Danny no se tardó mucho pero vino corriendo a toda velocidad con tres bolsas en la mano, tenía lágrimas en los ojos, Merrick y yo nos bajamos rápidamente y tomamos las bolsas de sus manos.

-¡¿Qué sucedió?! -No podía hablar, las palabras no salían de su boca. -¡M*ierda Danny, habla ya!

-_____. -Logró balbucear.

-¿Qué? ¿la viste? ¿dónde está? 

-Déjalo respirar Merrick.

-Zack Andy, Zack. 

-Bien, Zack. -Rodé los ojos y ambos tomamos la espalda de Danny, que estaba a punto de desmayarse. -¡Respira!

-Es...estaba muy... muy vieja... se veía horrible... pero... era linda... estaba como siempre... -Trataba de recuperar el aire.

-¿Vieja?

-S...si. 

-No te entiendo Daniel, sube al auto, hablaremos cuando te serenes. -Todos nos subimos y comencé a manejar hacia el hotel donde siempre nos alojábamos con mis padres cuando veníamos de vacaciones o a visitar a algunos parientes. Cuando llegamos estacionamos y nos dirigimos hacia la recepción, donde una linda chica morena de ojos verdes me miró seductora.

-Hola, bienvenidos, ¿desean tres cuartos o uno con tres habitaciones? 

-Ése, gracias. -Me entregó la llave y pestañeó tímida un par de veces seguidas. Subimos por el ascensor y llegamos hacia el cuarto, donde nos sentamos ya todos tranquilos en la mesa.

-Bien, ahora habla serenamente Danny. -El asintió con la cabeza y comenzó.

-Estaba buscando pan para los sándwiches y de pronto alguien que venía corriendo se chocó conmigo, cuando me levanté y vi que era una señorita la ayudé a levantarse cuando vi sus ojos azules brillantes de siempre, se veía muy vieja como les había dicho, podría decir hasta ocho años más que su edad, además muy muy delgada, se veía casi esquelética, traía una chaqueta de cuero arremangada y alcancé a ver su brazo, ¿alguna vez conocieron a alguien que se inyectara? -Ambos negamos con la cabeza- Pues yo si, tenía un amigo que era adicto a la heroína, tenía toda la sección de la vena morada y roja, ella es drogadicta. Por desgracia mi amigo murió... La abracé con todas mis fuerzas pero éso la espantó y se fue corriendo, me preguntó quién era, creo que no recuerda nada, pudo haber tenido un accidente o tal vez es el efecto de la misma droga, no sé los síntomas... 

-Santo dios, ¿hablas en serio? 

-Claro que si Andy, no bromearía con algo así. -Contestó más que serio.

-Ésto acaba de destrozarme. -Comentó Zack secando sus lágrimas.

-A todos Zack, a todos, pero ahora lo más importante es encontrarla y recordarle todo...

-Exacto, pero no alcancé a ver por donde se fue, lo bueno es que ahora estamos seguros de que está aquí, en Jacksonville... Mañana la buscaremos por todas partes, iremos a todos los refugios de por aquí para preguntar si saben de ella. 

*Narra _____*

 Al caer la noche me acosté y me quedé profundamente dormida. 

 Al día siguiente me desperté y observé por la ventana, ya había amanecido,.tomé otro pequeño chocolate de la bolsa y me lo comí, tal vez me haría engordar mucho, pero lo bueno es que subiría un poco de peso, Frank me había comentado que cuando me encontró estaba anoréxica por la droga y además la falta de comida. Si, Juliet no me alimentaba, únicamente me daba la droga, nada más. Me levanté y me quité toda la ropa, me paré frente al espejo de mi temporal habitación y observé atentamente mi figura, cicatrices de cortes en mis piernas y muñecas, algunos moretones, marcas de las veces que pinché mi brazo, mis costillas se veían más que la piel, ya casi no tenía pechos, éso me estaba afectando de una manera impresionante. De pronto vi a otra chica con el cabello largo, lacio y muy lindo, muchas curvas y ropa de marca que me miraba asqueada.

-¿Qué tanto me miras? 

-Que asquerosa me veo.

-¿Te ves? -Pregunté confundida.

-Si, la droga en verdad te afecta, bueno, nos afecta...

-¿Eres yo?

-Tú eres yo, yo soy tú, como quieras llamarle, soy tú en el pasado.

-¿Por qué te veo?

-Porque te estás volviendo loca, las visiones son uno de los síntomas de la heroína.

-Pero... ya no me drogo.

-¿Estás segura? -Me dijo con una sonrisa irritante, sentí un fuerte y doloroso latido en mi muñeca, la miré y estaba asquerosa, muy infectada.

-¡¿Qué me hiciste?!

-No querida, qué nos hiciste tú, nos arruinaste con ésa mierda, ahora te conviene ir al hospital antes de que éso empeore y te mueras. -Me volví a clocar la ropa y corrí hacia afuera, el sol me cegó pero no le di importancia y tomé otro taxi, me dirigí hacia el refugio otra vez. Cuando llegué recordé que había olvidado el dinero, entonces corrí rápidamente hacia la ventana pero... había rejas en ella. Trepé por ella hasta por fin llegar a una ventana, entré y el pequeño Tom me miró con pánico, mi brazo ardía muchísimo.

-Tranquilo, soy yo, _____. -Respiró profundamente y me ayudó a subir.

-¿P...por qué estás aq... aquí? 

-Vengo a buscar a Adam.

-Es...está en su habitación.

-Gracias Tom, gusto en verte otra vez. -Le dirigí una media sonrisa que me devolvió y salí de allí, corrí hacia las escaleras y volví a subir las escaleras hasta llegar a la habitación, donde Adam estaba besándose apasionadamente con una chica que no supe reconocer, carraspeé y ambos se separaron.

-¡_____! -Me miró sorprendido, la chica de cabello azul demasiado maquillada y vestida como una p*uta me observó con mala cara.

-Hola Adam, lamento interrumpir, pero necesito tu ayuda.

-¿Puedes dejarnos hablar a solas Michelle? -La chica asintió y tocó su trasero, algo que me pareció repugnante.

-¿Quién es ésa p*uta? 

-Una... amiga.

-A la que besas como si no hubiese un mañana. -Rodó los ojos divertido.

-Ya, dime que necesitas. -Me evanté la manga y me miró horrorizado. -¡Santa m*ierda!

-Creo que está infectado.

-Si no vamos al hospital pronto perderás el brazo idiota. -Exclamó tomándome del brazo no herido y corriendo hacia abajo.

-¡Espera!

-Frank salió a hacer las compras, no te preocupes. -Bajamos y tomó un sobre de debajo de los almohadones del sucio sofá, salimos pero nos chocamos con tres hombres, uno era el que   me había chocado ayer en el supermercado, me quedé casi en shock.

-¿_____? -Preguntó uno y lo reconocí al instante, era el hombre de mis sueños, lo observé intrigada.

-Suéltala maldito. -Le dijo uno musculoso a Adam tratando de pegarle, pero tomé su mano y le dí un rodillazo en sus partes bajas, ambos corrimos rápidamente y tomamos un taxi.

-Hacia el hospital de urgencias por favor. -Comenzó a manejar.

-¿Qué m*ierda fue éso? ¿Los conoces? -Me preguntó.

-N...no, jamás los había visto en mi vida, ni siquiera entiendo como saben mi nombre, ¿qué tal si son policías en cubierto? 

-Tal vez, debes mantenerte muy alejada de ellos... -Asentí con la cabeza preocupada. Cuando por fin llegamos Adam le pagó al taxista y nos bajamos, corrimos hacia la sala de urgencias donde una enfermera se acercó hacia mi.

-¿Qué te sucedió querida? 

-Mi brazo... creo que está infectado. -Levantó mi manga y se quedó horrorizada al igual que Adam, llamó a dos enfermeros más que me colocaron en una camilla y me llevaron hacia una pequeña sala, me recostaron en una camilla y me inyectaron un suero.  

-¿Qué me harán? -Pregunté intrigada.

-Te curaremos, quédate tranquila... -Me colocaron una mascarilla y sentí como mis ojos se cerraban lentamente...